Ser mamá, es tal vez uno de los roles más importantes de todos los que desempeña una mujer. Este papel repercute en cada mujer que se vuelve madre, en sus hijos y obviamente, en toda una sociedad.
Hay tanta gente neurótica en la sociedad y cuando miramos atrás en su historia, generalmente siempre hay una madre involucrada, porque hay millones de mujeres que quieren ser madres – pensando que esto es igual de fácil a como cuando jugábamos al papá y a la mamá de pequeñas -, pero no sabemos cómo serlo. La escuela se ocupa de enseñarnos conceptos, materias, para prepararnos a trabajar y tener “éxito”. Pero no nos enseñan a vivir la vida. Por eso esto se repite generación tras generación.
Cuando la relación madre-hijo va mal, la vida entera del niño va mal, porque esa es la primera relación que el niño vive, inclusive antes de nacer. Una mujer debe hacerse madre sabiendo lo que hace, porque Está tomando una de las mayores responsabilidades que puede tomar un ser humano. La maternidad es un gran arte y aunque tengamos la vena artística, como todo arte, es necesario aprenderlo para luego practicarlo. Que importante es comprender que ser madre no es dirigir la naturaleza del hijo. Ser madre, es estar ahí para acompañar.
Estamos acostumbrados a que en fechas como ésta, honramos a nuestras madres, expresamos cuan ejemplares fueron, cuan abnegadas, generosas, cariñosas y admirables, han sido. Yo quisiera invitar hoy a todas las madres – incluyéndome -, a recapacitar en esos actos que hemos cometido, con la creencia de tener la autoridad sobre nuestros hijos y en nombre de esa autoridad, haber cortado sus alas y/o castrado su personalidad, queriendo moldearlos a nuestra imagen y semejanza. No a manera de reproche, pues todo se hace desde la ignorancia y desde el infinito Amor, sino para generar conciencia y un cambio contundente en nuestras generaciones venideras. Esta toma de conciencia, estoy segura de que permite convertir a cada hija, en niñas, mujeres y madres auténticas.
Sin embargo, a pesar de la historia o lo que haya sucedido con nuestras madres o con nosotras como madres, lo hayamos hecho bien, regular o mal, ES EL MOMENTO de honrar y agradecer por cada detalle que una mamá gesta cada día, para el bienestar de sus hijos y que a veces por parecer cotidianos o convertirse en rutina, pasan desapercibidos. Madre es sinónimo de amor, de generosidad, de curación y de incondicionalidad.
Madre es algo que nos une como raza humana, ya que no existe ni un solo humano sobre la faz de la tierra, que no haya necesitado de una madre, para nacer y esto ya es suficiente motivo de celebración. Y aunque no deberían existir días especiales para celebrar nada, pues todos los días deberían ser de celebración, que valga la pena la disculpa, para hacer algo especial por ellas y desde lo profundo del ser, agradecer y volver a empezar.
Renazcamos como madres y renazcamos como hijos y creemos una nueva historia en este mes de mamá.
La invitación para todas las madres e hijos del mundo es aprovechar este mes, para sintonizar en el Amor, la relación con mamá, para lo que los estamos invitando a realizarse una Sincronización Cuántica, para la relación con mamá y de esta forma, restablecer la confianza. Porque la madre es la primera persona en tu experiencia de vida; si tu madre confió en ti, si tu madre te amó desde el inicio y no permitió que ningún programa de miedo al sentirse embarazada, penetrara en su ser, seguramente comenzaste a amar a tu madre y a confiar en ella. Si algún asomo de miedo hubo en el embarazo o en el parto, es probable que muchos de tus bloqueos, estén ahí, en ese inicio de vida.
A través de la madre el niño se hace consciente del mundo. La madre es la ventana por donde él entra a la existencia.