Hoy se celebra a nivel mundial el día del Medio Ambiente. Recordemos que los días de celebración, son para hacer conciencia de actitudes o celebraciones que deben ser diarias, sin embargo que exista un día que nos recuerde, es hacer un alto en el camino para preguntarnos realmente qué estamos haciendo. La invitación para un día como hoy, es que miremos alrededor y nos demos cuenta de que tenemos a nuestro lado muchos tesoros, que no vemos por estar anhelando otros.
Nuestra supervivencia puede estar en juego y con todo y eso, no existen cambios contundentes que lo eviten todavía. Es probable que estemos sacrificando la vida misma del Ser Humano que continúa sumido en acciones mecánicas, haciendo más de lo mismo, replicando lo que nuestros antepasados hicieron, por un concepto básico, de si se ha hecho por años, es porque está bien.
Esto coarta la creatividad, las nuevas ideas que permiten que la riqueza de nuestro planeta estuviera al servicio de la multiplicación en lugar de la extinción. El Amor, que incluye el respeto hacia toda manifestación de vida, permitiría una creatividad tan absoluta que haría que el Planeta diera un vuelco fundamental, no sólo de supervivencia, sino de expansión hacia nuevas formas.
El tic-tac del reloj espera paciente…
En el mundo hay gente inteligente por todas partes: científicos, artistas, poetas, estudiantes, gente de negocios, doctores, abogados; gente joven, gente adulta, los famosos, los desconocidos. Y sin embargo el día a día continúa siendo guerras, hambrunas, SIDA, armas químicas, agujeros en la capa de ozono, destrucción nuclear, calentamiento global, sobre población, pérdida de la vegetación tropical, desaparición de especies, desertificación, drogas, violencia…
Todo esto es producto del miedo en el que hemos vivido, porque más allá de que las personas inteligentes tomen acción, es que comprendamos que es momento de despertar y actuar hacia una nueva realidad, ya que si seguimos dejando el cambio en manos de la gente que ocupa cargos de poder, difícilmente esto cambiará, ya que ellos son los primeros beneficiados de estos desequilibrios. El cambio depende de que la gente del común, comprenda que es extraordinaria y deje de aferrarse inconsciente o conscientemente a los “valores” que nos han sumergido en este inmenso caos.
El tiempo corre y todo lo que amamos puede estar en peligro de desaparecer; de ahí la importancia de crear nuevas posibilidades que se encuentran sin ni siquiera ser creadas.
Nuestro planeta Tierra es una herencia para cada uno de nosotros. O ganamos todos, o perdemos todos; es una sola Tierra, una sola Humanidad. En esa búsqueda por la sobrevivencia y sobre todo por la expansión, no debemos dejar ninguna posibilidad sin escudriñar.
Sin embargo, desde otro punto de vista probablemente mucho más pragmático, IRB nos permite comprender que todo lo que sucede es perfecto y que quienes han venido destruyendo nuestros recursos son instrumentos de aquellos que vienen a crear unos nuevos, para que la misma Tierra se reinvente y evolucione.
Comprendamos que la sustancia invisible es ilimitada y los recursos son inagotables, así vengan en empaques diferentes. Existen millones de tipos de vida y entre ellos están los que ni siquiera nos imaginamos que pueden ser posibles. Hay cosas que se destruyen o se acaban, simplemente para darle paso a nuevas formas y esto es parte de una gran lección de desapego, de confianza y de credibilidad. Mientras esto sucede, cuidemos y amemos lo que tenemos y utilicémoslo desde la responsabilidad de su multiplicación, ya que toda manifestación de vida, evoluciona, crece y se auto-mejora día a día.