Vivimos en un mundo lleno de riqueza, es más vivimos en un universo vasto y rico a niveles inimaginables que está en movimiento permanente y en sí, para poder manifestarla, hay que saber llegar a este flujo de riqueza en movimiento.
Las programaciones que hemos adquirido a lo largo de generaciones han coartado esa conexión natural que está en nosotros incluso a nivel celular y por lo tanto se ha mermado nuestra capacidad de manifestación de la riqueza.
La riqueza es uno de los temas que más interesan a las personas porque ¿Quién no desea riqueza? El problema es que la riqueza no es algo que se obtiene sino es algo que se activa y existen ciertos factores que no permiten que se manifieste.

Te comparto 6 razones por las cuales la riqueza tarda en manifestarse.
1. No te reconoces como un ser creador:
Desde pequeños nos han enseñado que aquello que experimentamos es producto de la mala suerte, el vivir en la carencia no queda fuera de esto, nos han dicho que es la vida que nos tocó e incluso que existe cierta virtud en ser ´pobre pero honrado’ cuando se trata de una creencia limitante y solo eso.
Y como si fuera poco, nos condicionan a merecer algo a cambio de esforzarnos por hacer cosas, lo que bloquea nuestra capacidad creadora y creativa y vives la vida entera esforzándote por merecer, cuando lo que hay que hacer es crear.
Somos seres Divinos, por lo que estamos creando en todo momento; cuando tenemos arraigada la creencia de que tenemos que merecernos las cosas que deseamos, vivimos en sacrificio y sufrimiento y experimentando el nunca ser suficientes para lograrlo.
2. Crees que el dinero se consigue afuera:
Tener dinero no se trata de trabajar duro, de ahorrar, se trata de reconocerte como un ser creador, con talento, el cual al ponerlo al servicio de la humanidad, por añadidura el dinero es el intercambio energético correspondiente al valor que aportas desde tu servicio , sin esfuerzo ni sacrificio, sino desde el gozo absoluto.
Cuando descubres tus talentos disfrutas de ellos al realizarlos y aportarlos y de esta manera desaparece el sacrificio y comienza el gozo, además reduces el margen de error porque pones el corazón en ellos.
3. Te limitas:
Esto sucede cuando no nos atrevemos a ir más allá de nuestra zona de confort, constantemente nos acomodamos en nuestras actividades cotidianas y no nos abrimos a nuevas experiencias, a dejarnos llevar por la inspiración, nos olvidamos de ser creativos.
La creatividad tal cual lo dice la palabra, es la capacidad o facilidad para ‘crear’, tengo la certeza de que en más de una ocasión has visto una solución más práctica que la que está frente a tus ojos o mejoras en algo que ya utilizas, pero no te animas a llevarlo a cabo.
Cuando renuncias a ser creativo estás renunciando a una parte natural en ti que te conecta directamente a la riqueza, así que ¡Atrévete!

4. No fluyes con los cambios:
El cambio es permanente, la vida es movimiento, nada está estático y nuestra amada Tierra nos lo recuerda en todo momento con el paso de las estaciones, o el simple cambio del día a la noche, por lo tanto, nosotros como parte de la Tierra y del Universo mismo, formamos parte de la gran sinfonía de la existencia por lo tanto el movimiento y cambio es natural.
La resistencia nos vuelve rígidos, y todo lo rígido tarde o temprano se rompe, los cambios que experimentamos en nuestra vida nos van forjando y fortaleciendo, esa es la razón por la cual vienen a nosotros, vienen a explotar nuestras capacidades.
Por lo tanto, el aceptarlos sabiendo el crecimiento detrás de ellos hacen de nosotros seres más sabios y ricos en todos los sentidos.
5. Vives en el estrés:
El estrés limita nuestra visión, nos mantiene en un estado de alerta y a la defensiva, lo que no nos permite ver las alternativas que tenemos para resolver, y contribuye a sentirnos víctimas de las circunstancias, también va mermando nuestra salud.
Cuando conseguimos relajarnos, permitimos a nuestra mente acceder a la creatividad, las nuevas ideas fluyen, nuestra atención se expande y nuestra memoria se agudiza, obteniendo así resultados óptimos hacia lo que estemos enfrentando.
Nuestros pensamientos se vuelven positivos, elevamos nuestra vibración accediendo a esa riqueza que fluye en el universo y dentro de nosotros y le damos permiso de materializarse.
6. No inviertes en ti:
El invertir nuestro tiempo, mente y esfuerzo en acumular dinero se da porque nuestro concepto de riqueza está equivocado y nos vuelve esclavos de un esfuerzo constante por obtener y el miedo de perder.
Cuando aceptamos que somos seres divinos, creadores, comenzamos a derribar las limitantes que nos han impuesto, despierta en nosotros la disposición a aprender, a desarrollar y despertar nuestros talentos que vienen directo de la riqueza que hay en nosotros y que una vez despierta se refleja en nuestro exterior.
La mejor inversión que puedes hacer es en ti mismo, ya que eres el centro de tus creaciones. Tacañear contigo mismo, negarte el derecho a evolucionar, a acceder a información valiosa, juzgándola de costosa, desviando tus recursos a cosas que crees obligaciones porque los gustos te generan culpa, es la principal creación de carencia y escasez.
Lo mejor que podemos hacer para que la riqueza se active en nosotros, es quitar las programaciones que nos han privado de ella, invertir en nosotros, aceptarnos, amarnos, reconocernos como seres únicos con talentos y dones que al despertarlos y ponerlos al servicio de los demás, nos enriquecen de una manera maravillosa.
En IRB te queremos feliz, libre y pleno, rodeado de riqueza en tu vida y contamos con herramientas que te ayudan a activarla, si quieres conocer cómo activar la riqueza en ti da clic en el siguiente enlace