Nuestro cuerpo no se conforma solo de lo que podemos ver, sentir o pensar; seguramente has escuchado hablar del aura, de los chakras que nos conforman, y es así, contamos con un entramado electromagnético, es decir un campo energético que nos rodea.
La Tierra también es un ser vivo, por lo tanto, también posee su campo energético, este campo se nutre de la frecuencia que emitimos cada uno de nosotros como parte del planeta.
El pensamiento es electricidad, el sentimiento y las emociones están ligadas al elemento agua, al entrar en conexión en nuestro interior se crea una frecuencia que es transmitida por medio del aire y del éter hacia todo lo que nos rodea.
De este modo nuestro campo energético se conecta y enlaza con otros campos creando nuestra realidad consciente o inconscientemente.
Al unirse los campos energéticos en resonancia se unen al campo de la Tierra o dicho de otra manera la rejilla planetaria, manifestando en nosotros realidades, eventos y circunstancias que resuenan con la frecuencia de las diferentes comunidades del planeta.
Esto explica la disparidad entre las realidades en diferentes partes de la Tierra sostenida por las creencias, ya sea de carencia, competencia, odio, agresividad o bien, unidad. Y aunque es algo que ya sabemos, no siempre actuamos conscientes de ello.

Para transformar la realidad colectiva primero es necesario transformar nuestras creencias y cambiar nuestra frecuencia para resonar en otro tipo de realidad y experiencias.
La rejilla planetaria regula la vida en ella y los ciclos de la naturaleza, es la red de información que sostiene los ritmos de la vida de todas las especies, guarda y custodia la información de la historia cósmica de la Madre Tierra.
Desde hace eones la Tierra ha estado regida por la energía del miedo, energía que ha transformado este campo en algo que en IRB denominamos la molécula del miedo.
Las moléculas con un poco de ayuda se pueden modificar, transformar esa molécula del miedo en una molécula de Amor.
Esto se consigue tocando algunos puntos energéticos que se encuentran en lugares específicos de la Tierra, a estos puntos los llamamos vórtices; se trata de esas puertas o centros energéticos que han estado cerrados o bloqueados por años.
Al abrirlos, mueven esa rejilla etérica que permite el paso de nueva energía cósmica que impacta y ejerce influencia directa y poderosa para cambiar la molécula del miedo por el Amor.

Es importante unirnos para que cada vez seamos más los que nos hacemos responsables de nuestros pensamientos, palabras, emociones y acciones para contribuir a generar una realidad amable y amorosa en la Tierra.
Sin embargo, los pensamientos y emociones discordantes son más, haciendo que la Rejilla absorba las emociones positivas sin un mayor resultado.
El cambio está en cada uno de nosotros y unidos aportamos al cambio de la humanidad, se trata solo de recordar quién eres y activar la información que ya está en tu ADN.
Recordar y retornar a nuestro patrón original nos permite vivir en plenitud y conciencia, dejando atrás creencias limitantes que no solo cambia nuestra vida sino impacta directamente a la Rejilla Planetaria para crear una nueva realidad en la humanidad.
Si quieres saber cómo lograrlo, te invito a dar clic en el siguiente enlace