A lo largo del tiempo nos han hecho creer que la sexualidad y la espiritualidad están separadas, incluso hasta considerarlas fuerzas contrarias, socialmente nos han hecho creer que la sexualidad es algo sucio, algo que debe ocultarse, que es vergonzoso y obsceno.
La sexualidad es parte del ser humano, es una necesidad natural que va más allá de procrear o por ciclo normal de la vida, y es más que un acto físico.
Somos espíritus viviendo una experiencia humana, una experiencia carnal, lo cual significa que contamos con un cuerpo y es necesario cubrir sus necesidades, el espíritu está habitando el cuerpo en todo momento.
Por lo tanto, al momento de tener intimidad el espíritu también está presente, al estar conscientes de esto podemos entonces afirmar que podemos tener intimidad espiritual con quienes elegimos.
Al comprender que la sexualidad tiene una parte hermosa y espiritual, la podemos disfrutar y experimentar de una manera maravillosa. Por eso te dejo tres razones por las cuales están relacionadas:
1. Une profundamente.
Hablando físicamente, al tener encuentros frecuentes y satisfactorios, la unión emocional en la pareja y el compromiso de mantenerse junta es más fuerte, esto debido a que los niveles de oxitocina incrementan durante la excitación y el orgasmo, potenciando la relación sentimental y fortaleciendo vínculos que favorecen la monogamia.
La oxitocina es también conocida como la hormona del amor y de la interconexión, ya que es la sustancia que se libera para establecer vínculos, como en la lactancia, para fortalecer el nexo de la madre con su hijo, así mismo procura la conexión entre los amantes.
Quienes nos encontramos en el camino de crecimiento personal, espiritual y consciente, buscamos niveles más profundos de intimidad, en donde existe una conexión profunda con el corazón y la voluntad de apoyo mutuo, para lo que se requiere un profundo nivel de empatía.
Cuando comprendemos que no estamos tocando el cuerpo, sino la esencia misma de nuestro compañero, además de la mente y la emoción de la persona, la intimidad se torna en un intercambio de amor y creación, dejando atrás la necesidad de desahogo del estrés o únicamente satisfacer nuestra necesidad biológica, logramos una unión profunda y poderosamente sagrada.
2. Es el más importante intercambio de energía.
Tanto el espíritu como la sexualidad son energía, es una puerta de intercambio vibracional, de acuerdo con el Tantra Yoga la energía sexual es la más importante de todas porque es energía que crea vida, por lo que es de vital importancia tener cuidado con quién vamos a mezclar nuestra energía sexual, ya que bien utilizada puede ayudarnos a expandir nuestra conciencia, pero mal utilizada puede perjudicarnos a nivel emocional, físico y financiero.
Nuestro cuerpo tiene centros energéticos importantes conocidos como chakras que al tener encuentros sexuales experimentan un intercambio profundo de vidas, emociones y situaciones, por lo que, si decides tener intimidad con una persona depresiva e inestable, estás entrando en su frecuencia, tomado de su energía e inyectándole la propia.
La energía sexual es una fuerza potente que contiene nuestros deseos, sentimientos, emociones y necesidades, por lo que al tener intimidad absorbemos parte emocional experimentada por la otra persona.
Es tan importante el intercambio de energía que dejamos huella energética con quienes intimamos y con quienes ellos o ellas hayan intimado en los últimos 7 años de su vida, más con los que esas personas a su vez también hayan intimado
Este intercambio de vibración crea lazos de energía sutil donde sin importar el tiempo y espacio dicho intercambio continúa, por eso generamos apego sexual y nos cuesta tanto trabajo soltar a alguna persona.
Así como el alimento para nuestro cuerpo debe ser saludable, para mantenernos sanos y en equilibrio, la energía sexual nos alimenta en todos los sentidos; tener conciencia de ello nos ayuda a elegir mejor con quién tener este bello y poderoso intercambio de energía, para poder tener una sexualidad sagrada y plena.
3. Se vive en plenitud.
Este punto está ligado con los dos anteriores porque cuando disfrutamos de nuestra sexualidad, cuando tenemos una conexión profunda e íntima con nuestra pareja, basada en el amor, la confianza, el respeto; una vez que la unión se alcanza, se acaricia el alma y no solo al cuerpo, nos sentimos plenos y amados.
Nuestra autoestima y confianza aumentan, nos sentimos inspirados y creativos ya que hemos experimentado una plenitud completa, física, mental y emocionalmente.
El tener una sexualidad sana, plena, nos alimenta a niveles espirituales también, de hecho, el espíritu viene a experimentar esta parte, así que es momento de reconciliarnos con la sexualidad, de verla como parte importante, mágica, sagrada y poderosa que nos lleva a vivir felices, sanos y plenos.
Naturalmente mereces lo mejor, por eso conviértete en esa persona de la que te gustaría enamorarte.
Para eso, es importante eliminar aquellas programaciones que nos han sido heredadas y nos han coartado el poder disfrutar de nuestra sexualidad, para ello contamos con una hermosa herramienta que puedes conocer dando clic en el siguiente enlace