La culpa es un mecanismo en el que, a partir de un acto u omisión, emitimos un juicio moral de nuestra conducta, lo dictaminamos como un error y aceptamos un castigo por ello.
Para poder comenzar a cambiar y hasta eliminar el concepto que tenemos de la culpa, me gustaría iniciar con la reflexión de que vivimos atrapados creyendo que dependemos de un ambiente externo que puede tornarse amable u hostil.
Esto es completamente falso, ya que el ambiente externo se debe al ambiente interno que tenemos; es decir, la historia que nos contamos de nosotros mismos, cómo nos tratamos, qué tanto nos amamos, esto se refleja en nuestro exterior para que podamos verlo claramente y actuar en consecuencia.
Por lo tanto, las situaciones y las personas ‘difíciles’ que enfrentamos en el camino no son sino el reflejo de aquello que no hemos querido ver y trabajar o activar en nosotros mismos.
Lo mismo sucede con aquellos que nos rodean, somos el espejo que les refleja lo que no han podido o querido ver y trabajar en ellos mismos, entonces somos una red de actores en las vidas de quienes nos rodean creando escenas que nos ayudan a aprender y evolucionar tanto a ellos como a nosotros.

Desde el momento en que la culpa es el resultado de un juicio y el juicio es calificar y descalificar para castigar o premiar, nos dice que su origen es extremista y radical. Cualidades que no están en sintonía con el Amor y, el Amor acepta, libera, permite y construye, no castiga.
Entonces viéndolo de este modo el concepto de culpa queda obsoleto, y hasta extinto. Te comparto 5 formas en las que puedes percibir la culpa para liberarte de ella:
1. La culpa no existe, existe la responsabilidad:
Todo inicia con nuestras decisiones, partiendo de ellas actuamos y cada vez que actuamos afectamos el entorno en el que nos desenvolvemos, y como onda expansiva nuestro entorno afecta al entorno más cercano y así sucesivamente, por lo tanto, es importante considerar que no somos culpables de actuar o no actuar de cierta manera, pero sí responsables de los efectos causados en nuestro entorno.
Pero permíteme ser clara porque puedes pensar: “Si mis decisiones afectan a otros, entonces sí soy culpable de lo que los efectos puedan causar en ellos”.
Pues no, porque como vimos anteriormente estamos inmersos en una red de experiencias que a todos nos enriquecen hablando a nivel de evolución y en donde si todos actuamos desde la responsabilidad, nuestras acciones vendrían de un origen diferente, ya no del juicio sino del Amor, el Amor cuida y se responsabiliza.
2. No estás obligado a aceptar nada de nadie:
Cuando alguien tiene una actitud que podamos considerar agresiva u ofensiva, tenemos la opción de elegir cómo vamos a accionar ante su actitud u ‘ofensa’, qué respuesta vamos a tener ante ella.
Por ejemplo, si alguien se acerca a hablarte con un tono elevado en la voz, y tu respuesta es tranquila, sin ánimo de continuar la pelea, ésta ahí se termina.
Si nos dicen palabras que consideramos ofensivas y las hacemos nuestras, entonces han cumplido su cometido, pero si por el contrario, sabemos que sus palabras no nos definen, sino definen sus propios juicios y creencias, la ofensa tampoco entra en nosotros.
De esta manera estamos claros que llega a nosotros aquello que permitimos; por lo tanto, no hay culpables ni culpa en sí.
3. La razón no tiene dueño:
Cada ser humano posee una percepción de acuerdo con lo que ha experimentado previamente, y en sí por los resultados que ha obtenido de sus acciones y decisiones previas, por lo tanto, solemos creer que tenemos la razón, sin embargo, así es para cada uno de acuerdo con su experiencia.
El permanecer abiertos a las posibilidades de las experiencias de otros desde la perspectiva de que la razón es una ilusión, nos permite comprender que solo hay diferentes puntos de vista que nos permiten ampliar la perspectiva de cualquier situación, enriqueciendo con ella la información.

4. No te definas ni definas a los demás:
Cuando nos definimos, nos limitamos, nos encerramos en falsos estereotipos, cerramos la puerta a ir más allá de lo que hemos conseguido hasta ahora, ya que la definición está basada en el pasado, en las respuestas a creencias formadas de experiencias anteriores y a programaciones heredadas.
El dejar de definirnos nos permite dejarnos sorprender por nuevas experiencias con nuevos resultados, haciendo de nosotros personas que están evolucionando constantemente y bajo esta consciencia no nos sentimos culpables al errar, sino tomamos la experiencia para aprender y mejorar.
5. Sé humilde:
Definitivamente estamos en constante movimiento y aprendizaje porque hasta el no hacer tiene algún resultado en nuestra vida y entorno; por lo tanto, estar conscientes de que somos responsables de los efectos que causan nuestras acciones, es solo el principio, es lo básico.
Tener la capacidad de reconocer, disculparse de ser necesario y reparar desde los diferentes niveles de conciencia involucrados en el asunto, es lo que sigue; es lo que hace justamente que te conviertas en un ser responsable y para ello, es importante pasar el ego a la luz Querer pasar por encima de los sentimientos de los demás, aunque en ocasiones seamos los maestros que ellos mismos se crearon para su propia evolución, es no darle oportunidad a llegar a acuerdos, a demostrarle a aquello con quienes actuamos, que son importantes en nuestra vida y por eso es preciso la comunicación y el ser capaces de evolucionar a partir de la experiencia vivida, llegando a negociaciones armónicas para todas las partes involucradas.
La humildad es una virtud que consiste en reconocer que cada día evolucionamos para aportar siempre lo mejor de nosotros y que nunca estamos en un tope, ni nos la sabemos todas; y que el interactuar con los otros es la experiencia que nos permite esa evolución.
Por lo tanto, compartir generosamente lo que somos y recibir del otro lo que es, es la verdadera humildad. No es como nos han enseñado, bajar la cabeza y conformarnos con poco. Tampoco es aguantar, es saber aceptar cada situación, para sacar lo mejor de ella.
Una vez que hemos tocado qué es la culpa y cómo podemos verla para que deje de controlar y manipular nuestra vida, es momento de llevar manos a la obra, de cambiar las programaciones y creencias limitantes que nos mantienen emitiendo juicios y castigos.
Todos somos seres divinos en constante evolución por lo tanto el Amor y la Compasión son parte de nosotros. tenemos una herramienta poderosísima que te lleva a cambiar estas programaciones para comenzar a vivir plenamente, que te permite ser libre desde tu interior; para acceder a ella puedes dar clic en el siguiente enlace