La plenitud sexual no se trata únicamente de tener relaciones íntimas con una persona, es todo un ritual de intercambio de energía, intimidad y emoción.
En esta mezcla de factores, intervienen todos nuestros sentidos, así como los más profundos sueños, deseos, inseguridades, fantasías, pasiones etc.
Cuando intimamos con alguien es probable sentir que abrimos la puerta a nuestro estado vulnerable, por eso cuando no elegimos de una manera correcta con quién establecemos esta conexión, suele provocar un profundo dolor, difícil de reparar.

Por este motivo es vital darle la importancia que merece a la sexualidad, como parte esencial de nuestra plenitud, sin ella no es posible sentirnos completos, por el simple hecho de que forma parte de nuestra naturaleza y tarde o temprano se expresa.
Para tenerlo más claro te dejo 3 razones por las cuales la sexualidad forma parte de nuestra plenitud:
1. Te libera.
Cuando decidimos gozar de libertad sexual, específicamente a decidir acerca de ella, cómo y con quién la experimentamos, nos permite relajarnos con nosotros mismos, nos damos ese permiso de ser y sentir tal como somos.
Nos liberamos de prejuicios y programaciones que nos han mantenido estancados y reprimidos, sobre todo de esa creencia limitante de que la sexualidad se trata solo de placer a nivel genital, o de que es una tentación.
Al tener dominio de nuestra sexualidad no queremos tener sexo con cualquiera, nos valoramos, liberándonos de cualquier tipo de atadura, obligación o presión social

2. Nos mantiene saludables físicamente.
Después del orgasmo, el cuerpo libera prolactina, hormona asociada con la relajación, así mismo se libera oxitocina, considerada la hormona del Amor, esta hormona actúa sobre los sistemas del cerebro relacionados con el refuerzo positivo, en sí, con el placer, también crea complicidad afecto y confianza con la pareja.
Durante el sexo se liberan endorfinas, dopamina y serotonina que tienen muchas funciones; incluyendo papeles importantes en el comportamiento y la cognición, la actividad motora, la motivación, la regulación del sueño, el humor, la reducción de estrés, generan sentimientos de paz y felicidad, así como estimulan la atención y el aprendizaje.
3. Establece una conexión espiritual y emocional con tu pareja.
El tener intimidad sexual con alguien establece el intercambio más poderoso de energía que existe, estar presente en el momento, experimentar conscientemente las sensaciones y energías que se generan y los sentimientos que florecen.
El acto sexual consciente abre el alma para que entregue y reciba fuerza de vida, esta energía nos revitaliza tanto el alma como las emociones, teniendo como resultado una vida diaria más plena y significativa; ya que el alimento energético que recibimos en ese intercambio, no se limita al placer físico.
Es mucho más que solo liberación sexual física, y también mucho más que dos personas teniendo una experiencia espiritual. Es la culminación de la totalidad de lo emotivo, lo físico, lo mental y lo espiritual al mismo tiempo.
Es unir nuestra totalidad con la totalidad de otro ser.
La sexualidad se extiende a mucho más de lo que nos han enseñado, cuando se ve, cuida y desarrolla de la manera correcta se convierte en algo hermoso y sagrado, para ello es necesario cambiar nuestra manera de percibirla y después de vivirla, en IRB tenemos para ti una maravillosa herramienta que te cambia la manera de vivir tu sexualidad, que puedes consultar en el siguiente enlace