Un tema siempre vigente en las familias con hijos (pequeños, adolescentes, jóvenes e incluso adultos), es tratar de entender su forma de pensar, hablar, sentir, actuar y responder, y se afirma con plena convicción que estos niños “vienen con otro chip”. Así mismo, surgen las limitaciones y creencias que invaden a los adultos en ese “deber hacer” para formar, educar y criar de la mejor manera a los hijos, que generan toda una serie de conflictos y estrés en los padres.
Es común escuchar expresiones como “A este muchachito no lo maneja nadie”, “Mariana, ven a saludar”, “Camilo, si me vuelves a contestar así te quito el Ipad el resto de la semana”, “Sara, te quedas quieta o no vuelves a ver televisión”, “Me vas a enloquecer Sebastián”, “Santiago, ¿cuántas veces te tengo que decir que hagas caso?” etc. Ese conflicto cotidiano al interior de muchos hogares y en el corazón de padres y madres, obedece al desconocimiento de muchos progenitores, educadores y personas al cuidado de los niños nacidos en las nuevas generaciones, sobre la información que estos pequeños traen incorporada en su esencia y a una falta de guía para abordarlos, comprenderlos, respetarlos y amarlos desde su verdadero potencial.
- ¿De qué se trata esa clasificación en categorías de niños índigo, cristal, arco iris, diamante y semilla?
Todos estos niños, pertenecen al concepto de “niños índigo”, así los cataloguemos como cristal, arco iris, diamante o semilla. La Tierra ha estado poblada por diferentes razas con características específicas en ciertos períodos de tiempo. Nosotros, los llamados adultos, pertenecemos a la sexta raza pobladora de la Tierra, a la cual se le llamó la raza aria.
Los niños índigo son la séptima raza, encargada de abolir el ego, la corrupción, sembrar lo transparente y cristalino, y enseñar a resonar en el Amor a toda la raza humana. Los nombres que les damos corresponden a diferentes características con que cada uno de estos extra-ordinarios niños nace, para cumplir con su misión de transformación.
Se dice que a partir de la Convergencia Armónica de 1.989 comienza a asentarse esta frecuencia con mucho poder, se acentúa a partir de 1.994 y después de 2.004 ya absolutamente todos los seres que nacen vienen en esta frecuencia. Sin embargo, hay uno que otro “colado” desde 1.953, después de la Segunda Guerra Mundial. El movimiento Hippie de los años 60 es uno de los primeros movimientos índigo que comenzó a preparar la llegada de esta frecuencia al planeta. La misma frecuencia que IRB trae para que podamos realizar ese puente entre la vieja y la nueva energía, con fluidez y desde el Amor.
- ¿Cuáles son las principales características de los niños índigo?
Los niños índigo son directos, sinceros, sin tapujos, vienen con un propósito firme de transformar los miedos, porque tienen una profunda conexión espiritual. Conocen su esencia Divina desde su ADN. Son libres, tienen a flor de piel todos los dones y los traen desarrollados, pues una de sus principales misiones es elevar la conciencia de los habitantes del planeta.
Sus inteligencias múltiples se han confundido con el mal llamado déficit de atención y síndrome de hiperactividad. Se les trata de controlar su ímpetu con medicamentos, se le intenta encasillar en los viejos patrones, porque nos cuesta mucho reconocer nuevos talentos, nuevos atributos y nuevas características que se salen de lo establecido, como lo es su profunda intuición. Y sobre todo, porque su forma de aprender no es la convencional, basada en conceptualizar, repetir y memorizar.
Por eso rompen patrones educativos y esto los cataloga como indisciplinados, desconcentrados y “niños problema” en los colegios, las familias y la sociedad en general. Según su personalidad, los niños índigo se clasifican en las sub-categorías: cristal, arco iris, diamante y semilla.